Beijing 2007
- Fauno
- 24 feb 2015
- 7 Min. de lectura

“En Taekwondo existen dos tipos de Mundiales: el mundial, y el mundial previo a los Juegos Olímpicos”
-Jerry.
El proceso de selección para Beijing 2007 fue el más sencillo que se pueda imaginar: un nacional; el que gana, va, el que pierde, pues no. Sin evaluaciones, sin ranking, sin nada. Fue un proceso de selección casi en muerte súbita.
En el nacional hubo mucha polémica y varias sorpresas, pues muchos de los que “habían quedado siempre”, esta vez perdieron antes de la final. Se cerraba un capítulo en la historia del Taekwondo mexicano e iniciaba otra con caras nuevas. La selección quedó conformada por un montón de “novatos un poquito más maduros”, otros completamente nuevos y también gente de muchísima experiencia:
Isis Vargas
Alejandra Gaal
Marisol Peñuelas
Iridia Salazar
Janette Bathory (Ojalá se escriba así)
Nayeli Maldonado
María Espinoza
Assulayyil Madrigal (Si escribo mal este nombre, la culpa es de sus padres)
Rodolfo Osornio
Guillermo Pérez
Oscar Salazar
Idulio Islas
Rodrigo Salazar
Isidro Victoriano
Arturo Farías
Salvador (El Rostro) Pérez
Sin embargo, este equipo que quedó conformado aquel día en Tamaulipas, iba a tener ligeras variaciones con respecto al equipo final que viajó a China.
En este punto hay un detalle que se debe destacar: el profesor José Luis Onofre regresó a la selección nacional después de haber estado fuera por, aproximadamente, tres años. Noticia que nos dieron unos días después que terminó el nacional. De hecho él todavía fue coach del IPN en el evento (Cosa que hubiese estado prohibida si ya hubiera sido entrenador nacional en ese momento).
Otra noticia que nos dieron cuando terminó el nacional, fue que, a partir de ese momento, todas las concentraciones de la selección mayor se iban a realizar en la Ciudad de México y ya no más en La Loma de San Luis Potosí. La noticia tenía sentido, pues el profesor Ireno Fargas había renunciado unos meses atrás y con esta acción dio pie para que el taekwondo volviera a centralizarse, pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión...
La gira de preparación para el mundial de Beijing fueron dos abiertos en Europa: Holanda y Alemania. También fue una gira en Corea, la cual todos pensaban que iba a ser un evento aislado, pero nadie se imaginó que, a partir de ese momento, dicha gira iba ser una dolorosa constante en la preparación general del equipo mexicano. Por cierto, yo no asistí a esa gira, me regresaron a México junto con Oscar y Edna para participar en un selectivo bien raro para Juegos Panamericanos, pero esa también es otra historia y... Ya saben.
Regresando de la gira, Isidro tenía la rodilla como de chocolate (Quienes conozcan a Isidro entenderán el chiste), cosa que lo dejó fuera del mundial. Otros lesionados (Aunque la verdad no me acuerdo por qué) fueron Oscar e Idulio. Tres bajas en el equipo varonil y tres nuevos integrantes que tomaban su lugar para ir a Beijing: José Luis Ramirez (Pepe), quien tomaba el lugar de Isidro; Alfonso Victoria (Poncho), quien tomaba el lugar de Idulio; y un perfecto desconocido que le ganó a todos los favoritos en una especie de evaluación improvisada: Yair Mata (El muchacho).
Con estas variaciones dentro del equipo, las visas listas y las maletas cargadas con exceso de equipaje, viajamos a China…
Beijing ya estaba lista para recibir los Juego Olímpicos. Toda la ciudad estaba adornada, todos los vendedores tenían recuerditos de los Juegos, había puestos oficiales en cada esquina con mercancía alusiva. Una verdadero despliegue vulgar de poder… Y eso que faltaba un año.
El escenario del mundial era, por supuesto, una instalación de las que albergaría los Juegos Olímpicos el año entrante: el Changping Gymnasium. No era específicamente en donde se llevaría a cabo el Taekwondo, sino el Voleibol de sala (Creo, la verdad es que jamás supe bien, bien). Era un estadio gigante, con murales de las mascotas de los juegos en las cuatro paredes. La organización impecable, a pesar de que las distancias del hotel al evento eran infames.
Como dato adicional y sin relevancia, debo añadir que unos meses antes del mundial me compré un Nintendo DS, acción que marcó una especie de tendencia con los miembros del equipo y varios salieron a la tienda más cercana a comprarse un aparato igual al mío. Lo menciono porque de este evento no tengo recuerdos muy lúcidos y fue 100% culpa de Mario Kart.
Una de las peleas que sí recuerdo bastante bien fue en peso medio: Irán vs Turquía, o sea, Yousef Karami vs Bahri Tanrikulu. El turco campeón mundial en Jeju, el iraní campeón mundial en Garmisch. Ambos medallistas olímpicos en Atenas. Es una de esas peleas que podrían ser la final en cualquier campeonato del mundo. Una de esas peleas en las que el mundo se detiene para el estadio completo y lo único que gira es el reloj del área de competencia en donde están peleando las leyendas. Y es que pocas veces se puede tener la oportunidad de atestiguar una pelea de proporciones mitológicas en vivo y en directo. Ganó el turco. Horas después se coronaría campeón mundial por segunda vez y sumaría la cuarta medalla mundial en su haber de cinco que tiene al día de hoy.
Una de las figuras de todos los tiempos es sin duda Hadi Saei, iraní que para ese entonces ya había ganado la Copa del Mundo cuatro veces (Cuando la Copa del Mundo todavía no era por equipos), había ganado ya dos mundiales y unos Juegos Olímpicos. Ese día, Hadi estuvo a punto de quedar fuera a manos de Juan Sánchez, un puertorriqueño que había ido con su equipo a la Loma en 2003 y estuvieron viviendo con nosotros; para mí, el mejor competidor que la nación boricua le ha dado a este deporte. Hadi ese día avanzó hasta las semifinales, donde perdió contra un afgano, justo cuando al mundo se le había olvidado que Afganistán existía; de hecho la medalla de Nesar Ahmad Bahave (Ruego a Dios que así se escriba) fue la segunda medalla internacional de Afganistán en toda la historia, en todos los deportes. DATO CURIOSO: La primer medalla internacional de Afganistán fue también en TKD, un peso heavy llamado Badamgul Multazim, pero esa es otra (Muy buena) historia y debe ser contada en otra ocasión…
El día que Memo estaba peleando, el muchacho y yo nos regresamos temprano al hotel porque nos tocaba competir al otro día. Cuando llegamos al cuarto, prendimos la tele y vimos que Memo estaba peleando, nada más y nada menos que contra Juan Antonio Ramos. -¿En qué ronda estarán? -Preguntó el muchacho. Yo, que había visto las gráficas más temprano, recordaba que Ramos y Memo estaban en extremos diferentes del draft. -¡NO MAMES! ¡ES LA FINAL!-
Memo quedó subcampeón mundial ese día y comenzó la leyenda. Lo que él nunca imaginó cuando estaba arriba del podium mundial era que estaban a punto de iniciar los momentos más difíciles, una temporada que definiría su carrera, temporada que lo llevaría de regreso a esa misma ciudad un año después a subir de nuevo al podium, pero escuchando su himno nacional esta vez. Ese día, después de esa final y hasta que regresamos a México, para él fue sólo la calma antes de la tormenta.
En cuanto a Ramos, sumó su tercera medalla mundial (Segunda de oro). Al año siguiente también volvería a Beijing, para no volver a competir más.
El muchacho se coló hasta los cuartos de final, perdiendo esa pelea por la mínima diferencia. Fue el caballo negro del equipo.
La familia Osornio es ampliamente conocida en el mundo del taekwondo mexicano. En Beijing ’07 uno de sus miembros pasó a la historia del taekwondo mundial colgándose una medalla de bronce: Rodolfo Osornio. Mejor conocido por todos como “El Güero”, Rodolfo se escabechó en cuartos de final al iraní, uno de los favoritos para llevarse el oro. En semifinales quedó fuera, siendo “vencido” por el coreano Choi Yeon-Ho, y escribo “vencido”, porque, a mi parecer, esa medalla de bronce debió haber sido fácilmente de cualquier otro color… Bueno, no tan fácilmente, aunque sigo creyendo que el güero es el ganador legítimo de aquel combate.
Figuras, figuras… El mundial de Beijing será recordado siempre porque fue el cunero de varias figuras que se convirtieron en leyendas después. Deportistas que hoy son el orgullo de sus países gracias al taekwondo y a quienes el mundo volteó a ver en esos días por Beijing. Wu Jingyu, de China; Daba Modibo Keïta, de Malí (Un helado de McDonald’s a quien pueda encontrar Malí en un mapa a la primera y sin buscar en internet); Gessler Viera Abreu, primer oro mundial de Cuba justo ahí en Beijing; Brigitte Yagüe, de España, quien ganó su segundo oro mundial; Karine Sergerie, de Canadá, también campeona del mundo ahí mismo; Gwladys Épangue, francesa que llegaba esa vez a su segunda final mundial consecutiva de cuatro que ha peleado, ese día perdió la final por última vez; y por supuesto, el highlight del mundial de 2008: la invencible María…
A decir verdad, la medalla de María no fue una sorpresa para nadie, por lo menos dentro del equipo. Durante todas las giras había demostrado que su nivel era bastante superior al del promedio de la gente con la que se enfrentaba… Y vaya que se enfrentaba a gente de nivel.
La final de María fue contra Lee In-Jong, una coreana de 1.77 que formaba parte del equipo de Samsung. Quienes sean verdaderos fanáticos del TKD sabrán que decir “Samsung” es hablar palabras mayores, pues sólo lo mejor de lo mejor de Corea, entrena en Samsung y lo mejor de lo mejor de Corea es un nivel fuera de este mundo… A ese nivel salió a pelear Mary aquel día… Y ganó su espacio en la eternidad.
Y esa es la historia de Beijing 2007, o al menos de los momentos que más me acuerdo. Quizá alguno de mis cuatro o cinco lectores tenga alguna otra anécdota de aquellos años. Compártanla con nosotros, bien dicen por ahí que recordar es vivir...
Por cierto, quienes se acuerden de las mascotas de Beijing, jamás había visto tanta genialidad en una campaña de mercadotecnia: Bei, Jing, Huan, Ying, Ni (Welcome to Beijing… Además de todo el simbolismo que encierran).
Más de La Saga de los Mundiales…
ENTERLUDE
Madrid 2005
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