El para-taekwondo no es una cosa nueva: ni los competidores, ni la modalidad, de hecho yo mismo ya había escrito algo al respecto alguna vez hace unos años en este, su semanario de confianza:
Justo en aquel artículo hago mención de que la mundial estaba buscando que esta rama fuera oficial en los juegos de Tokio y tres años después nos enteramos que, en efecto, así será. Además de que en enero se confirmó también la inclusión de esta modalidad en los juegos paralímpicos de Paris 2024.
Grandes noticias, sobretodo porque México ahora está perfilado para ser una potencia también en esta disciplina, así lo demostraron los atletas con las dos medallas “sorpresivas” que consiguieron en el último campeonato del mundo: un oro en combate y una plata en formas.
No es cosa menor, a pesar de que la noticia no se anunció ni tuvo rotación. Yo me enteré en una cápsula informativa de la FEMEX, junto con las otras 15 personas que la vieron... Incluso en este espacio no habíamos hecho mención al respecto, por lo cual merezco un par de azotes en plaza pública y un escupitajo en la cara.
El mundo del paralimpismo en México está por debajo del deporte amateur en cuanto a difusión, es decir, si el deporte amateur está olvidado por la opinión pública, el deporte especial (O adaptado) es prácticamente inexistente, a pesar de que tuvo una época dorada cuando Saúl Mendoza competía, pero después algo pasó y todo se derrumbó.
Durante los juegos paralímpicos se puede ver a mexicanos subiendo al podio en gran variedad de disciplinas y ganando medallas de todos colores. En los últimos juegos en Río se ganaron un total de 15 medallas, cuatro de ellas de oro. Sólo para dar contexto: México ha ganado 69 medallas olímpicas en su historia, sólo 13 de ellas han sido amarillas. La delegación paralímpica ha ganado 289 medallas en la historia y 97 de esas han sido de oro, y esto desde 1972 que fue la primera vez que México participó en este evento (El cuarto en su tipo).
Algo pasa con el deporte adaptado que no figura en medios y creo que no tiene que ver con el deporte en sí. En Río los eventos de los paralímpicos no fueron transmitidos ni nadie se peleó la exclusividad en nuestro país.
Ahora bien, el para-TKD ha crecido a pasos agigantados en el mundo entero, claro, no es coincidencia porque lo mismo pasa con el TKD en general (A pesar de los chillidos de puristas que viven anhelando el pasado).
Juan Diego García ahora está en el selecto club de los campeones mundiales mexicanos, que es un club selectísimo no nada más en el TKD, sino en todos los deportes. Otro caso muy especial es el de Alejandro Gutiérrez en formas que, por cierto, también fue campeón del mundo hace dos años y ahora se quedó con la medalla de plata; sólo para hacer otra comparativa odiosa: el único competidor de Taekwondo que ha logrado algo similar en combate ha sido Oscar Mendiola con su oro en el ’79 y plata en ’82.
Es una pena que logros como los de Juan Diego y Alejandro no tengan rotación y nadie se entere, no por ser deporte adaptado, creo que a estas alturas la conmiseración colectiva para este tipo de atletas queda totalmente fuera de lugar, es una pena porque son taekwondoínes y con resultados como este el TKD debería de haber estado en primera plana y ellos dos de vacaciones una semana por todos los noticieros del país.
La vida es una paradoja: por un lado nos toca vivir una gran época de acontecimientos deportivos, y por otro nos toca vivir la falta de quórum que hay alrededor de todo lo bueno.
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