IMPORTANTE: Este post contiene “spoilers” sobre la Villa Panamericana, así que si usted está próximo a hospedarse aquí durante los siguientes días y no quiere que nadie (Yo) le arruine la(s) sorpresa(s), puede salir de este sitio inmediatamente pulsando aquí y dándole play en el enlace:
http://www.opendb.net/element/16531.php
Si usted sigue leyendo esto, está a punto de conocer lo que yo conocí en mi primer día dentro de la Villa Panamericana (Primeras horas, de hecho).
Lo primero que se puede notar cuando uno llega a la Villa es que al fondo hay una estructura muy curiosa parecida a uno de los platillos voladores que salen en la primera saga de la película Hombres de Negro. Cuando pregunté qué era esa cosa, me dijeron que se trataba del estadio Omnilife, mismo que yo siempre creí una leyenda urbana (Nótese que no soy aficionado al soccer). FuentesQueNiTeImaginas® me informan que en ese lugar se realizará el torneo de fútbol. Es importante mencionar que mis fuentes (Compañeros de cuarto) saben de la organización de los juegos lo mismo que yo de gastronomía bizantina, así que dicha información puede cambiar sin previo aviso.
Los condominios de la villa (Si se pueden llamar así) son muy bonitos por fuera y tienen jardines con fuentes en el centro que contrastan perfectamente con el entorno (#Poetuit), además ya se pueden ver algunas banderas colgando en los balcones de los cuartos ya ocupados. El ambiente empieza a tomar forma.
En nuestro cuarto hay cuatro camas, un baño, regadera (Que por cierto no vamos a usar), cuatro clósets, piso alfombrado, un fauno, un quinquín, un cholo y un gringo. Tenemos un balcón con vista a una especie de terreno baldío atascado de mosquitos de los que seguramente seremos víctimas esta noche puesto que nuestra capacidad mental no nos alcanzó para cerrar las ventanas y el balcón en todo el día. Ah, por cierto, no hay internet… Pero no se preocupen, sí va haber pronto, al menos esos nos dijeron (Aun así no se confíen, ya hemos sido engañados antes).
En los cuartos hay un detalle que me fascinó: cuatro sillas y una mesa hechas completamente de cartón. Sí, tal como leyeron, DE CARTÓN. No sé exactamente qué es lo que se busca con este concepto o qué quiere dar a entender, pero es algo que yo nunca había visto y ahora estoy pensando en mandar a diseñar mi casa entera con muebles de este tipo (Nótese que no salgo mucho). Lo único malo de esta clase de asientos es que no me dan nada de confianza como para subirme en ellos y cambiar un algún foco de la casa (Ideas mías).
El comedor es una carpa enorme con un montón de mesas y sillas. Aquí las mesas no son de cartón, ¡Pero las sillas sí! La única diferencia entre las sillas del comedor y las de los cuartos es que las del comedor tienen un colchoncito muy peculiar. Subí una foto al twitter, por si alguien está interesado en conocerlas:
El único problema con el comedor es que tengo el extraño presentimiento de que va llegar un punto en el que va ser insuficiente, espero equivocarme.
Hay un camino secreto que sube a una especie de bosque ubicado atrás de uno de los edificios. No sé qué se puede encontrar ahí, no me atreví a ir solo… Y no sé si me vaya a atrever próximamente, así que no prometo describirlo en futuros posts.
Hasta ahorita es lo que conozco de la villa, quizá haya más sorpresas próximamente. No sabría decirles. Lo que sí les puedo decir es que los Juegos Panamericanos ya están aquí, ya los tenemos encima. La función está por comenzar.
Antes de que se me olvidé, quisiera aprovechar este espacio para mandarle un saludo afectuoso a Juan Francisco Navarro (De Aguascalientes), un asiduo lector de este espacio. Muchas gracias por las atenciones mientras estuvimos en tu ciudad, y sobretodo muchas gracias por leer.
Si a alguien se le ocurre alguna idea para poderme llevar una de estas sillas a mi casa, les agradeceré infinitamente los consejos.
El reloj marca ya el cuarto para las doce… ¡QUE COMIENCE LA FIESTA!
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