La historia del taekwondo como deporte ha estado marcada por cambios drásticos en la manera que se lleva a cabo el rol de la competencia, dichos cambios se pueden distinguir invariablemente a través de los años por las lágrimas de los puristas que reniegan de ellos y que siempre piensan que lo de antes era mejor.
Con el auge de las redes, el internet móvil y la desesperación enfermiza de algunos seres humanos por querer pertenecer a algo, el hecho de quejarse de cualquier cosa se volvió bien visto en todos los círculos y los “puristas” del arte marcial y elementazos proclives a lo antiguo encontraron la manera de hacer comunidad: quejarse de lo establecido y renegar del progreso en aras de una nostalgia tóxica y muy mal entendida.
La realidad es que quienes opinan de esta forma están en todo su derecho de hacerlo y yo no soy quién para decir lo contrario, pero igualmente yo estoy en mi derecho de pedirles que se atiendan esa imbecilidad atenuada de la que son víctimas y que guarden silencio mientras los adultos trabajamos.
La razón por la que me molesta tanto que la gente se queje del actual sistema de competencia es que es demasiado fácil hacerlo y lo peor es que ni siquiera hay argumentos coherentes para ello. La carta fuerte de esta gente siempre es que el taekwondo ahora es aburrido, y yo siempre lo he dicho: el taekwondo ha sido aburrido siempre, la razón por la que ahora se dan cuenta es justo el auge del internet móvil. Antes sólo veíamos los highlights de vez en cuando y a veces cada cuatro años en los medios masivos, o veíamos combates espectaculares en la colección de “los mejores combates de la historia” de Ireno Fargas, fuera de eso, a menos que asistieras de manera presencial a los eventos, el taekwondo era prácticamente inexistente en aquella época.
Hoy en día, no necesitas asistir a ningún lado: abiertos, campeonatos oficiales e incluso eventos locales pueden disfrutarse en streaming desde la comodidad de tu hogar y con esta proyección es justo hoy cuando esta gente viene a darse cuenta que el deporte de sus amores “se volvió” aburrido… No, amiguitos, no “se volvió”, así ha sido siempre y si no me creen vayan a buscar combates COMPLETOS de cualquier década y cuenten los segundos en los que nadie patea, el tiempo que se la pasan tirados en el suelo, y al mismo tiempo traten de explicar por qué el juez central le levanta la mano a alguien si claramente el otro conectó más… Es muy fácil buscar las mejores acciones de peleas antiguas y compararlas con cualquier combate random de la actualidad, pero también es un poquito deplorable y poco honesto incluso para gente como ustedes.
Viene a cuento todo esto porque no han sido pocas las voces que ya han hecho sonar las alarmas con el nuevo reglamento, incluidas las de algunos entrenadores… En lo que a mí concierne, cualquier encargado de un equipo que esté esperando a que se corrija el sistema de competencia en vez de estar trabajando en un método para aprovecharlo al máximo, es alguien que no merece estar a cargo de nada.
Como ya también lo dije antes: las reglas se cambian con un sistema en mente y se van ajustando sobre la marcha dependiendo de qué tanto se deforme la manera de pelear. Un ejemplo clarísimo fueron los petos electrónicos: cuando recién se esbozaba la posibilidad de dar ese giro un montón de empresas sacaron sus prototipos, una de ellas fue ADIDAS. El sistema de ADIDAS era elegantísimo: un protector que no requería de sensores en los pies, sino que marcaba de acuerdo a la fuerza de contacto y ésta era definida dependiendo la categoría de peso a la que pertenecías. Una maravilla.
Este sistema realmente tenía potencial para haber sido definitivo, de no ser por un pequeño detalle: el día que se probaron estos petos allá en el lejano 2008 durante el abierto de Alemania, la gente descubrió que, justo por no necesitar sensores, los puños entraban como mantequilla y entonces se empezaron a ver en las áreas peleas que se asemejaban más al boxeo que al TKD… Eso fue el primer día, ya para el segundo día era una caos incontrolable y es justo a eso a lo que me refiero: los cambios se hacen con un estilo en mente y se van adecuando conforme a la práctica… Y hay cosas que simplemente no funcionan.
¿Alguien recuerda los petos electrónicos ADIDAS? Ese sistema de marcación, con todo lo elegante que fue, hoy no es mas que una anécdota y tengan por seguro que los cambios que no funcionen con este nuevo reglamento se les unirán en el basurero de la historia.
Los cambios que estamos viendo hoy en día son igualmente muy elegantes y basados en datos duros recolectados durante un tiempo en algunos torneos mayores. Algunos de estos datos es que los competidores se la llevan rélax hasta los últimos 30 segundos del tercer round, y digo, no se necesita ser un experto recolector de datos para darse cuenta de esta tendencia, basta con poner un poco de atención.
En teoría, el hecho de que ahora se esté jugando casi como en el tenis por sets (ganar dos de tres) hace que la mentalidad en cada round (o en cada set) sea diferente, por ejemplo, si pierdes un round, el segundo es extremadamente importante.
Por supuesto hay un factor que toda la vida ha existido y que yo mismo lo he denominado como “la gente que no sabe pelear”. Es justo la gente que se la pasa con la pierna delantera al frente y que no sabe hacer otra cosa… Esa gente ahora está tratando de ganar los rounds por deducciones en vez de puntos, porque al parecer para ellos es más fácil hacer que el otro pierda en vez de ellos mismos intentar ganar. Y aclaro: no está mal que esta gente exista, de hecho son un factor muy importante, porque a partir de ahí es de donde las reglas se modifican.
De nuevo insisto: es muy pronto para juzgar este nuevo sistema y saber si los cambios realmente lograrán su cometido de hacer un deporte más entretenido, con más emoción y más interesante para los medios y el público en general.
Lo que nos queda a nosotros los mirones es recordar que somos de palo, tratar de disfrutar el deporte que tanto nos apasiona y si usted es de esos puristas que piensa que lo de antes era mejor, existen ya varios sitios en internet junto al cine de ficheras que gustan de esa nostalgia tóxica por lo antiguo, ahí quizás encajarían muy bien y sirve que nos dejan a los adultos trabajar…
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