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Muertos

  • Foto del escritor: Fauno
    Fauno
  • 3 nov 2022
  • 8 Min. de lectura


La historia de la humanidad está llena de enfrentamientos épicos entre titanes, muchas veces mitológicos, como Godzilla vs King Kong, Rocky vs Drago o Jedis vs Siths; pero la mayoría de veces los duelos más épicos en la vida real se dan en el terreno de la mercadotecnia: Coca-Cola vs Pepsi, Nike vs Adidas, Android vs iOS, Snickers vs Milky Way, Marvel vs DC y así y así… De hecho todos estos duelos permanecen tan arraigados en el subconsciente colectivo que le apuesto, estimado lector, que sólo de leer los nombres antes mencionados inmediatamente resaltó su favorito dentro de sí… Esto es normal y pasa por una razón muy sencilla, pero eso es otra historia que debe ser contada en otra ocasión.


Nuestro país ha sido protagonista, desde hace muchísimo tiempo, de una de estas batallas épicas de las que estoy hablando: el Día de Muertos vs el Halloween… Igualito que con los ejemplos de arriba, a cada quien le saltó su favorito en la cabeza.


Esta batalla es tan épica que a pesar de ser celebraciones con similitudes notables, suelen parecer antagónicas, tanto que cuando hablo del tema es inevitable acordarme de la maestra Jobita en la primaria exigiendo que no lleváramos papel picado para los altares color morado, naranja o negro porque esos eran los colores del Halloween y pues fuchi…


Este, a diferencia de lo que muchos pudieran pensar, es también un duelo de mercadotecnia, quizá el duelo más épico en esta rama, las razones las iré desglosando a lo largo del artículo. Y es también la mercadotecnia la que ha hecho grandes, grandísimas a estas dos celebraciones: una es una tradición milenaria, otra es una imposición de las élites; seguramente algunos se estarán preguntando cuál es cuál, seguramente unos ya tienen la respuesta y lo más probable es que otro tanto tenga una respuesta errónea, pero no se preocupe, no es culpa suya, sino de lo que nos han hecho creer, o sea, es culpa de la mercadotecnia pues.


Para dar claridad a todo lo que usted acaba de leer es preciso explicar los orígenes de ambas fiestas, no se preocupe, no será una cátedra de historia, lo que sí le advierto es que puede que le rompa el corazón (lo cuál es un sacrificio que estoy dispuesto a aceptar)…


Empecemos con el Halloween: esta es una celebración celta que data de la edad de hierro, o sea más o menos unos 500 años antes de Cristo… Así es, mi estimado lector, los celtas ya celebraban el Halloween antes de que el Halloween fuera cool… O no, de hecho la celebración siempre ha sido bastante cool. En aquellos tiempos no se llamaba Halloween, era la fiesta del Samhaim o básicamente el año nuevo celta, aunque este es un dato que aún se discute.


Durante el Samhaim se creía que la frontera entre este y el otro mundo se diluía y los Aes Side (hadas y espíritus) podían cruzar fácilmente a este plano y la gente los aplacaba ofreciéndoles ofrendas de comida y bebida, pero no sólo eso, también se tenía la costumbre de que los familiares muertos volvían a sus hogares en busca de hospitalidad, así que la gente dejaba reservado un lugar en la mesa para ellos… No sé a ustedes, pero todo esto a mí ya me suena escandalosamente familiar.


Con la presencia de los Aes Side en nuestro plano, y hay que decir que no eran criaturas precisamente amigables, se adoptó la costumbre de utilizar una máscara o un disfraz parecido a estos seres para que te confundieran con uno de ellos y te dejaran en paz. Me imagino que al gracioso que se le ocurrió ir a tocar de casa en casa disfrazado de diablito a pedir la ofrenda directamente jamás se imaginó que estaba cambiando al mundo.


Como siempre y a lo largo de la historia universal todo es risa y diversión hasta que la iglesia mete su cuchara, ya ven que esos culeros no pueden ver a alguien feliz porque luego, luego ahí van…


Durante el imperio romano existía un templo comodín llamado “El Panteón”, digo que es un templo comodín porque era un templo dedicado a todos los dioses y era bastante práctico porque estaba en medio de la ciudad a tan sólo unos minutos del Coliseo (aún existe). Si, por ejemplo, querías pedirle al Dios del mar que hundiera el barco de tu ex, en vez de viajar semanas al templo de Poseidón pues simplemente ibas al Panteón y ahí se lo pedías, directo, sin intermediarios y desde la comodidad de la Roma imperial. Una idea brillantísima, si me lo permiten.


Sin embargo al señor Papa Don Bonifacio IV no le pareció tan brillante y decidió transformar el templo de todos los Dioses en el templo de todos los santos (hablando de devaluaciones). La fiesta de todos los santos se celebraba el 13 de mayo y luego al señor Papa Don Gregorio III se le ocurrió cambiarla al día 1 de noviembre y fue casi un siglo después cuando al señor Papa Don Gregorio IV se le ocurrió decretar la fiesta de todos los santos como fiesta mayor y que se celebrara universalmente. A la vigilia anterior para preparar esta fiesta, o sea, a la tarde del 31 de octubre se le denominaba “All Hallow’s Eve” que se transformó en “Halloween” al pasar el tiempo.


O sea que el Halloween no sólo a sobrevivido al tiempo y al manoseo gringo, sino también a la iglesia y eso es algo que no muchas tradiciones, especialmente paganas, pueden presumir.


¿Querían una fiesta milenaria? Esta es: quizá en algún lugar remoto y olvidado del planeta pudiera existir alguna otra tradición más antigua (quizá), pero créanme cuando les digo que ninguna es tan grande y popular como esta.


Pero qué nos importa la celebración de una cultura perdida en el tiempo si nosotros tenemos en México nuestra propia celebración milenaria… Y pues no. No, señor. Aquí es donde se rompen los corazones y la gente entra en negación.


Hablemos del día de muertos, una fiesta mexicana que ni es milenaria ni es tan mexicana como nos han hecho creer…



El día de muertos no es mas que una tropicalización entre el día de los fieles difuntos y la fiesta de todos los santos, es decir, es una fiesta 100% católica… P, p, p, ¿pero tiene elementos prehispánicos? La respuesta es no, o al menos no de la forma en la que nos han contado…


Para los antiguos aztecas la muerte era muy importante, tanto que incluso tenían un mes dedicado a la muerte, pero era en agosto, o sea, bastante alejado de lo que hoy celebramos.


¿Y qué hay del regreso de los parientes? Pues realmente en la cultura mexica no se contemplaba en absoluto. Una vez que alguien moría llegaba al Mictlán, en donde empezaba un recorrido bastante peculiar hasta llegar con Mictlantecuhtli y el premio por llegar ahí era que te tragara y así poder gozar del descanso eterno, eso era la máxima para los muertos aztecas, de nuevo, el regreso jamás se contemplaba… Además quien esté familiarizado con el recorrido del Mictlán sabe que entre más vas avanzando menos ganas te dan de regresar, no porque se vaya poniendo más bonito, sino porque sería una chinga, pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión también.


¿Y qué hay del cempasúchil? Esa planta sí tenía una importancia significativa para los aztecas, ¿no? Pues sí, pero por su uso medicinal, de hecho la traducción en náhuatl significa “veinte flores”, de nuevo, nada que ver con la muerte.


¿Y las calaveras de azúcar? Esas sí les encantaban a los aztecas, ¿no? Pues sí, de hecho ellos adornaban los altares con cráneos humanos, pero las calaveras de azúcar que vemos hoy en día nada tienen que ver con esto tampoco. Todas las iglesias católicas tienen, o deberían de tener, una reliquia de algún santo. Algunas tienen reliquias tan peculiares como plumas del Espíritu Santo (100% real, no fake), los clavos de Cristo, la playera del Papa con un balazo, etc… Pero la mayoría de reliquias eran restos de algún mártir. Durante el siglo XIX para la fiesta de los fieles difuntos y todos los santos, estas reliquias se exhibían en las iglesias y la gente se acercaba a ellas para pedir la intercesión por sus familiares varados en el purgatorio y también para obtener una indulgencia plenaria para ellos mismos. Las calaveritas de azúcar como las conocemos hoy son una representación de esas reliquias, lo mismo que el pan de muerto.


¿Y entonces cómo es que nació la creencia de que esta celebración tenía un origen prehispánico? Pues todo empezó en 1930 con la llegada a la presidencia del señor Pascual Ortiz Rubio que tenía un nacionalismo exacerbado y un interés en mexicanizar todo, como ejemplo les puedo decir que intentó institucionalizar que el 25 de diciembre en vez de Santa Claus fuera Quetzalcóatl el que le traía regalos a los niños, evidentemente fue un fracaso rotundo, sin embargo triunfó con el día de muertos. Además fue en ese año cuando lo instauraron como una fiesta nacional y es, hasta hoy, un día de descanso oficial. O sea, pasó de ser una fiesta religiosa a una gubernamental.


Otro aspecto que me llama la atención es el desfile del día de muertos que no se hacía hasta que apareció en la película del 007: Spectre. La película es de 2015 y presenta un desfile multitudinario justo festejando el día de muertos en la Ciudad de México, a partir de ahí el desfile se realiza cada año, obviamente lo organiza el gobierno. Esto tiene un nombre: retroalimentación hermenéutica cíclica, o para acordarnos más fácil, el efecto pizza y la bendita Wikipedia lo define bien claro:


“Es el fenómeno por el que elementos de una nación o cultura se transforman o, al menos, se adoptan de forma más integral en otras, y luego se re-importan a su cultura de origen, o la forma en que esta se ha adaptado bajo influencia de (o impuesta por, o importada desde) estas fuentes extranjeras”

Este desfile es un ejemplo clarísimo de ese efecto. Si a eso le sumamos que dos años después se estrenó la película de “Coco” entonces yo podría decir sin temor a equivocarme que la mano del imperio ha hecho grande a esta fiesta… La mercadotecnia, como lo dije al principio.


Pero bueno, en México es el único lugar donde celebramos a la muerte con fiesta, baile y comida… ¿Cómo les explico? Tampoco, en el mundo hay innumerables festivales en todas latitudes en donde se celebra a la muerte con fiesta, comida, bebida, colores, humor y todo lo que se les ocurra.


Ahora, no me mal entiendan, yo sigo pensando que el día de muertos mexicano es una gran celebración y que la creatividad de los habitantes la ha hecho lo que es ahora. Creo también que, como toda tradición, se va modificando con los años y no puede mantenerse fija, además, dicho sea de paso, es una celebración hermosa, solemne, llena de sincretismos y en mi opinión la tradición más bella y grande de nuestro país, no por el origen que tiene, ni por ser milenaria, sino porque es un elemento identitario demasiado fuerte y eso vale más que los siglos que pudiera tener o los orígenes que nos han hecho creer.


Viéndolo desde otra óptica, piénsenlo como un taco de carnitas: el cerdo europeo con el maíz americano, o sea, es el puente entre dos mundos. Y no conozco a nadie a quien no le guste un taco de carnitas, si a usted no le gusta, más le valdría poner su propia foto en el altar, porque está muerto por dentro.


Lo que sí es funcional siempre es no negar la realidad. El eterno combate entre el Halloween y el día de muertos es en realidad un combate entre una tradición milenaria y una tradición impuesta… Ahora ya saben cuál es cuál.


Todos estos datos los pueden encontrar en la obra de Elsa Malvido, a quien seguramente no le ponen altar.


Disfruten hoy, el día después, de los descuentos en el pan de muerto e invítenme uno si les pareció interesante o si aprendieron algo.


O échenle una moneda a mi alcancía para poder ir a las ofertas de papel picado.


“La muerte entre los mexicanos sigue sirviendo de pretexto para gozar de la vida con mayor intensidad que nunca”
-Periodista anónimo de la revista El Mundo, 1895.



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