Después de un par de semanas de un merecido (O no) descanso veraniego y una semana más para ponerme al corriente con mis responsabilidades primarias que consisten en limpiar los parabrisas de la cuadra y pizcar frijoles, regreso y me encuentro con un desbarajuste y escándalo estruendoso dentro del deporte nacional, producto, ahora sí, de varias acciones que el señor Alfredo Castillo ha estado realizando.
Resulta que de repente hay dos federaciones desafiliadas y una más que fue desconocida: La federación de luchas asociadas, famosa porque nunca nadie había oído hablar de ella; la federación de boxeo, cuyo presidente lleva algo así como 20 años en el cargo; y la federación de tiro con arco que fue desconocida después de una junta que varios atletas de la disciplina tuvieron con el señor Castillo.
Vayamos por partes. Retrocedamos un poco y leamos la historia de Don Alfredo: su primer palomita fue encontrar a la niña Paulette, aunque bueno, tampoco estaba muy bien escondida que digamos. Su segunda tarea fue ir a pacificar Michoacán, tarea que terminó cuando los principales líderes de las autodefensas pisaron la cárcel, cosa que le valió otra palomita, el cariño de su jefe y el repudio de la mayoría de la nación. Luego lo pusieron en CONADE.
Después de las acciones que ha tomado en contra de algunas federaciones, al conocer su historial y sobretodo después de lo que hizo en Michoacán, me queda clara una cosa: Alfredo Castillo es alguien a quien no le importa su popularidad, lo cual, con perdón de ñoños y puristas, me parece excelente y creo que es la principal característica que todo funcionario público debería tener. El problema es que para muchos, la obsesión por lo políticamente correcto es una tara mental casi cultural y el deporte se ha convertido en un tótem para la sociedad mexicana, por eso cuando llega un cabrón a quién lo políticamente correcto le vale dos kilos de aquello y cuya popularidad es casi nula por sus propios méritos y que encima se atreva a cuestionar, verificar, auscultar, manosear, auditar y revisarle las nalgas sin pudor alguno a las federaciones administradoras del tótem, pues es normal que reporteros, sociedad e incluso algunos atletas pongan el grito en el cielo como señora católica de rancho en los 60’s después de entrar a un balneario y ver mujeres en bikini.
Dicen que el señor Castillo sabe de deporte lo mismo que yo de baile folklórico camboyano y tienen razón; que está en ese puesto sólo por ser amigo del presidente, y puede que también tengan razón. Lo que no están viendo es que Castillo no está ahí por ser una eminencia en cuestiones deportivas o por ser el mayor conocedor de alto rendimiento en México, Castillo está ahí porque hacen falta 300 millones de pesos y si alguien cree que al Gobierno Federal le hace gracia 300 millones de pesos faltantes, pues no sé qué decirle. Don Alfredo está ahí porque es un excelente operador y ha demostrado que sabe cumplir con la chamba que le encargan, así de simple. Además el argumento de que “no sabe de deporte” o “nunca fue atleta” para desacreditar su competencia al frente de un organismo como la CONADE es una falacia conocida como “ad hominem”, término que seguramente usted, querido lector, no conozca si es de esos que piensan que el internet es sólo porno y Facebook (Por cierto, eso que acabo de escribir también es un argumento ad hominem). Así que cuando alguien señala a Castillo por no conocer sobre alto rendimiento, inmediatamente pongo en duda la capacidad de esa persona para comprender temas de administración.
¿Está bien lo que está haciendo? ¿Está mal? Es aún muy pronto para poder evaluar los resultados, aunque a mí me parece que va por el camino correcto (Perdón, neta perdón). Otorguémosle el beneficio de la duda, aprendamos a ver más allá y no brincar a la primera.
El problema con Alfredo Castillo es realmente la impopularidad, prueba de ello es el abucheo masivo que recibió el lunes pasado en el Palacio de los Deportes. Incluso hay quien dice que trata a los atletas “como delincuentes”, argumento que me parece muy jocoso e irónico dado que el titular de la CONADE es abogado de profesión con especialidad en ciencias penales y criminológicas… Digo, conozco a taqueros que tratan a la gente como reses e igual me causa mucha gracia.
Con estas tres federaciones afectadas hasta ahora, la CONADE mandó un mensaje bien claro a las demás: no importa que sean una federación de la que se hable poco (Luchas asociadas), vamos por ustedes; no importa que sean una federación con gran tradición en el deporte mexicano (Boxeo), vamos por ustedes; no importa que sean una federación con importantísimos resultados internacionales (Tiro con arco), también vamos por ustedes. Las barbas a remojar, como dicen por ahí.
Alfredo Castillo puede no ser el dirigente que el deporte mexicano merece, pero yo realmente creo es el dirigente que CONADE necesita en este momento.
En México, la expresión “castillos en el aire” se utiliza para decir que alguien se está está haciendo ilusiones con algo, aunque hoy día, en la era de los drones, Castillo está en el aire y las federaciones abajo. Ojo ahí.
EN EL CAMINO
A los más de 500 asistentes a la última reunión de la FEMEXTKD en CODEME, no se olviden de exigir sus derechos: frutsi y torta de quesopuerco, cuando menos.
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