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  • Foto del escritorFauno

La generación perdida


Durante los últimos Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (Y uno) a todos nos sorprendió el resultado de la española Adriana Cerezo quien con 17 años y por un par de segundos se colgó la medalla de plata en la competencia de los aritos, fue una revelación para muchos, quizá incluso para varios de sus connacionales que por andar en el chisme con el caso Tortosa no la habían volteado a ver.


Y dicen que las comparaciones son odiosas, más cuando las dice alguien non-grato para los órganos rectores y más cuando ese non-grato es alguien que logró algo que dichos órganos rectores no pudieron hacer: ganar medallas olímpicas… Ese non-grato es Oscar Salazar quien después de los resultados de Tokio hizo una publicación que vale la pena revisar y analizar:


En resumidas cuentas habla del mundial de cadetes de 2017 en Egipto (Oh, ironía), en donde luego de que Emilio Cendejas y Roberto Sumuano consiguieran dos preseas doradas en la última jornada del evento y con los resultados obtenidos en los primeros días, México culminó en el primer lugar por equipos varonil y quinto en mujeres. Tres medallas de oro y dos platas: Emilio Cendejas, Roberto Sumuano, Luis Salazar fueron los primeros lugares, mientras que América Comonfort y Eyleen Gongora obtuvieron el segundo lugar en su gráfica.


¿A alguien les suenan los nombres que acabo de decir? Quizá sí, pero les aseguro que es a muy pocos… La categoría de cadetes es una etapa muy extraña, especialmente en México por el nivel competitivo y la inmensidad de gente que tenemos: pero no existe aquí (Y me atrevería a decir que en ningún lado del mundo) un circuito bien establecido de cadetes, como sí lo hay de juveniles y de adultos, a pesar de que ya existen eventos oficiales de toda índole en este rango.


Ahora, ¿dónde está lo odioso en todo esto? Lo odioso es que Adriana Cerezo, actual subcampeona olímpica con 17 años (Bueno, ahorita ya cumplió 18) estuvo en aquel mundial de cadetes de 2017 y ni siquiera ganó medalla… Pero al parecer el seguimiento que ha tenido, porque es indudable que lo ha tenido, la llevó a pisar una final olímpica el año pasado…


¿Y dónde están nuestros finalistas de aquel histórico mundial de cadetes? Exacto… Nadie lo sabe. Y es bien triste porque si nos metemos a husmear en el taekwondo data nos podemos dar cuenta de una cosa en común que tienen los cinco: ninguno tiene registrada UNA SOLA pelea de adultos, claro, esta base de datos nos arroja resultados internacionales, desafortunadamente no tenemos algo así en nuestro país para saber cuánto han competido aquí, pero el hecho de que ninguno tenga una sola pelea internacional registrada en adultos significa una cosa y es algo bien triste: ninguno tuvo seguimiento y es justo lo que denuncia el post de Oscar Salazar… Eso sí, les sacaron sus artículos en la página de la FEMEX y seguramente sus nombres están anotados en el currículum de algún entrenador que tampoco sabe quiénes son.



Y no me mal entiendan, yo siempre he dicho que la etapa de juvenil y la etapa de cadetes son de chocolate y no voy a venir a cambiar mi opinión a estas alturas, yo sé que se oye muy feo, o sea, neta perdón, son etapas lindas y te dan experiencias fantásticas, pero en el plano de lo que es el taekwondo mundial, a nadie realmente le importan… Sin embargo, para lo que estas etapas sirven, y sirven muy bien, es para captar talentos e impulsarlos, ejemplos sobran en nuestro país, yo soy uno y del mismo proyecto de donde yo salí salieron muchos más, María Espinoza, por ejemplo. De ese tamaño es la importancia que tiene el seguimiento deportivo justo en estas etapas.


Los campeonatos mundiales de cadetes son relativamente nuevos, sólo ha habido cuatro y tenemos cuatro campeones mundiales (Los tres que ya dije y uno más que ganó en 2019: Juan Carlos Martínez Ayala, quien tristemente comparte el común denominador con los demás de CERO peleas registradas en adultos), comparemos a ellos cuatro con los

campeones mundiales juveniles que hay en México, teniendo en cuenta que, justo por ser juveniles, el seguimiento debe ser más largo y la apuesta más arriesgada: primero tenemos a Luis Osuna, quizá otro gran desconocido para muchos, él ganó el mundial juvenil en el 2000, eran tiempos en los que realmente no había una infraestructura y justo fue una víctima de los tiempos, su destino fue más o menos el que están compartiendo los campeones mundiales de cadetes actualmente.




Ahora, vámonos a 2004, un año en donde ya había un plan estratégico de seguimiento al equipo junior: Idulio Islas ganó el mundial juvenil ese año… Cinco años más tarde estaba peleando una final mundial, en el mundial de a de veras, en Copenhagen, además de que también fue competidor olímpico entre otros muchos títulos.



Después nos adelantamos a 2010, ya en este año el taekwondo mexicano estaba consolidado como uno de los mejores en el mundo: Carlos Navarro y César Rodríguez ganan el mundial juvenil con 14 y 15 años respectivamente. Carlos Navarro ganó una medalla de bronce en el mundial de Muju en 2017, el mundial “de a devis”, además de ganar los Juegos Panamericanos en Toronto y recientemente el campeonato panamericano de Cancún; César todavía no consigue una medalla en el mundial, pero ha llegado a cuartos de final dos veces, además de ganar dos bronces en Grand Prix y créanme cuando les digo que es un rival que nadie, ABSOLUTAMENTE NADIE se quiere topar en un torneo.


Pongo el ejemplo de ellos cuatro porque son los cuatro que ganaron oro en un mundial juvenil, pero hay muchos más, María es el más tangible: si vieran un video de cómo pateaba cuando llegó al equipo nacional juvenil la primera vez no creerían que es María. Ella nunca ganó un mundial juvenil, pero tuvo un seguimiento constante y continuo desde esa etapa y vean en lo que se convirtió…


Claro, no todos son María, Idulio, César o Carlos, pero sin un programa de seguimiento o al menos la voluntad política para no dejar morir a otra generación como la que se nos fue, jamás sabremos lo que Emilio, Roberto, Luis y el otro Carlos hubieran sido capaces de lograr por el taekwondo de México.


Y cuando digo que perdimos una generación completa de atletas no lo digo a la ligera, tan sólo vean la edad promedio de la gente que estuvo en los últimos Juegos Olímpicos, pero no sólo de los participantes, sino de los ganadores: la mayoría no rebasa los 24 años… ¿Dónde está nuestra gente de esa edad? Algunos, capaces de ganar una medalla mundial, tristemente, con cero peleas registradas en adultos.



Si usted no se había dado cuenta de que perdimos una generación en el camino, lo perdono, pero invíteme un café...


O échele una moneda a la alcancía para que vea como suena...




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