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Foto del escritorFauno

La grosera intervención


Quienes han tenido la audacia y/o fetiche de seguir este h. espacio de opinión saben que desde siempre me he referido al Taekwondo como un deporte “mugrosito”, algunos quizá sepan a lo que me refiero, otros quizá no, y aunque es de mal gusto que un artista explique su obra pues me voy a ver obligado a hacerlo porque pues contexto… Y además todos saben que este no es un espacio de buen gusto y la calidad del mismo me tiene igual de preocupado que las leyes de equidad de género en Namibia.


Digo que es un deporte “mugrosito” siempre haciendo una comparación en mi mente con los deportes profesionales de clase mundial en donde se puede hacer dinero hasta adivinando el marcador de un encuentro. En el TKD no hay esa clase de recurso, sin embargo, de que hay dinero lo hay: por lo menos en México, comparado con el resto de los deportes y muy a pesar de los recortes monumentales que se han sufrido en los últimos tiempos, la FEMEXTKD sigue siendo la federación con más recursos económicos tan sólo detrás de, sí, adivinaron, la federación mexicana de fútbol, que además es independiente del presupuesto federal (Invítenme, pinches perros)… “Tan sólo” es un decir, más bien MUY detrás.


Lo del recurso viene a cuento porque en todas partes en donde hay dinero, especialmente dinero público, invariablemente hay política… Y sí, en la FEMEX también se hace política, medio chafa y tercermundista, pero política al fin, y la política es de momentos.


Para cualquiera que sea capaz de encontrar a Wally en uno de sus libros, no debería de ser un secreto que María era la atleta preferida de la federación para ganar este encuentro, no por nada se encargaron de mantenerla cerca hasta el último momento, inclusive dinamitando la dupla INCONTESTABLE que hacía con Julio Álvarez. Esto no es nuevo, tiene ya un tiempo que yo lo denuncié en el semanario 135, y no los culpo, bueno, no los culpo tanto porque cualquier incompetente haría lo mismo: escudarse detrás de María, que hasta el día sábado parecía ser una apuesta segura, creo que se menospreció a Briseida de una forma nauseabunda.


El hecho de que la FEMEX haya tenido la apertura de dejar a Bris irse a entrenar fuera del país, no es un acto progresista, a mí no me hacen pendejo, en mi muy mamarracha opinión fue una red de protección para ellos mismos: “si Briseida pierde, no podrá decir que no la apoyamos”. Es una movida astuta, si me lo preguntan, maquiavélica y ojete, pero astuta y más aún teniendo a María de su lado. Si yo tuviera que cruzar el infierno, quisiera tener a María de mi lado.


Además, siendo sincero, aquí en México nadie se hubiera atrevido a acoger a Bris para entrenarla, la respuesta es simple: Bris es de las pocas personas en el mundo capaz de ganarle a María, pero quien quiera que la hubiese recibido hubiera tenido que ganarle también al sistema ¿alguien hubiera sido capaz? Es más: ¿alguien se hubiera atrevido? Este es un país de cobardes: nadie tuvo la valentía ni siquiera de inscribir una planilla alternartiva para competir con la administración actual cuando pudieron, mucho menos se hubieran atrevido a alzar el puño contra la FEMEX… Por eso a Juan Moreno se la pelan, porque él no pertenece a este sistema, con él no puede haber represalias administrativas.


Debo confesar que a mí también lograron engañarme por un momento, pero mis ojos se abrieron cuando vi a Poncho entrar como coach detrás de María: eso es tener huevos. Todo cobra sentido: el hecho de que el entrenador nacional esté detrás de una atleta en una evaluación justamente NACIONAL es un descaro del tamaño del pene de una ballena azul (E igual de baboso): estaban echando toda la carne al asador. Tenían el tiempo encima, pospusieron la evaluación al máximo, mantuvieron en secreto los detalles hasta el final y como cereza en el pastel, entra Poncho de coach y ese es un mensaje clarísimo: aquí no hay lugar para alguien que no quiso estar de nuestro lado. El entrenador nacional detrás de la mejor atleta que este país ha dado es algo que se debería de ver teniendo enfrente a un extraño enemigo osando profanar con su planta tu suelo, no alguien a quien ese mismo entrenador podría tener la oportunidad de couchear en los siguientes Juegos Olímpicos. La desesperación no los está dejando pensar.


La tarjeta de Poncho en el último segundo fue como una patada de ahogado, el último recurso, el grito previo de quien decide aventarse de cara al vacío mientras se quema el World Trade Center. El tache en los brazos del juez en la mesa la mejor analogía de lo que le acababa de suceder al máximo órgano rector de este deporte en México.


Alfonso al entrar con María abrió la caja de Pandora: ahora TODOS los medios nacionales de alta proyección (No como este semanario) están hablando de lo mismo…









¿Qué van a hacer ahora? ¿Mandarla a #Tokyo2020 con el entrenador que intentó eliminarla? ¿Quitarse la máscara de progresistas y exigirle regresar a México ahora sí? Deberían de aceptar su derrota, así son las apuestas, y ustedes ya perdieron…


Lo más sensato para la federación justo ahora sería ceder a la petición de Briseida, la política es de momentos y la FEMEX tiene tiempo que no los sabe calcular, ojalá recapaciten ahorita.


La evaluación del sábado la única pregunta que nos respondió fue la de quién era la que iría a Japón, ahora hay un montón de preguntas más que necesitan respuesta.


Ojalá esté equivocado en todo…



EN EL CAMINO

No quepo de gusto al ver a Briseida dar este paso tan importante en su carrera, a la vez no puedo evitar sentir esa cosquilla desagradable en la panza cada vez que caigo en cuenta de que no veré a María en estos Juegos Olímpicos…


Que nadie se deje engañar por la carita juvenil de Bris: ella es una atleta consagrada desde hace muchos años ya; y María… De María no creo que hayamos visto lo último aún.







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