Pues a diferencia de lo que la mayoría de ustedes pensó al leer el título de este semanario, no voy a hablar de ninguna atleta en especial, para eso ya hay páginas especializadas que no compartiré por ningún otro motivo más que mi egoísmo atroz.
En la mayoría de competencias internacionales, en algunas locales e, invariablemente, en todas las competencias oficiales, existe algo que puede sacar de quicio hasta a los taekwondoínes más experimentados. No son los jueces, no es la báscula, y definitivamente no son los vapores de sales marinas con los que te encuentras en los cuartos de pesaje. Es algo que todos necesitamos para competir: el área.
El color y aroma característico de las áreas nuevas es un presagio de calamidades: el TKD se convierte en una competencia de quién es el que se puede mantener más tiempo en pie, aunque bien podría ser una competencia de quién se parece más a Bambi recién nacido. Dicho problema afecta a competidores de combate, como a competidores de formas por igual. Me puedo imaginar un free-style de poomse más parecido a una rutina de patinaje artístico sobre hielo, que a una pelea con oponentes imaginarios; la realidad es que con el área en estas condiciones, el oponente no es imaginario, lo tienes debajo de los pies.
En cuanto a combate se refiere, el área resbalosa es el segundo pretexto más utilizado para justificar que se perdió una pelea, sólo por detrás del “me la robaron”. Dicho sea de paso, es un pretexto que denota un grado atenuado de imbecilidad, pues este problema es tan democrático que lo es para ambos competidores, e incluso para el juez central.
A lo largo de los años, se han desarrollado las técnicas más inverosímiles para tratar de contrarrestar el efecto de la cuasi nula fricción que hay entre el área nueva y las plantas de los pies. Algunas de ellas consisten en pisar cinta adhesiva, untarse Coca-Cola en las plantas de los pies, ponerse pegamento en spray, e incluso llegué a ver gente que se ponía lápiz adhesivo, gloss de labios y luego se acostaban boca arriba y con las piernas levantadas mientras otro compañero le hacía aire con un palchagui para secar cualquiera que hay sido la sustancia que su hubiesen embarrado. Obviamente, ninguna de estas técnicas funciona más allá de, más o menos, 8 segundos en el mejor de los casos.
¿Cuál es la solución para contrarrestar este problema que afecta a taekwondoínes de todos los niveles? Desgraciadamente no hay nada que los competidores puedan hacer al respecto, la solución estaría sólo en manos de los organizadores de los eventos.
No estoy seguro de cómo funciona el proceso para la organización de un torneo, pero el hecho de que todos los eventos oficiales tengan áreas nuevas, me hace sospechar que es una especie de requisito para poder organizarlo, repito: sólo estoy sospechando, hablo sin conocimiento de causa. Supongamos que realmente fuera obligatorio comprar áreas nuevas para poder organizar un evento aprobado por WTF, entonces la solución que a mí se me ocurre es llevar a un montón de niñitos preescolares a jugar, brincar, entrenar, arrastrarse y hacer todas esas cosas bonitas que hacen los niños, pero sobre un área de competencia nueva, esto con el fin de que, al momento de la competencia, el área ya no sea tan nueva y se pueda contrarrestar la cualidad resbalosa del tatami. Parecería una solución evidente, pero hasta el día de hoy, sigo viendo gente resbalándose en todas partes del mundo.
Se ahonda más en este tema en uno de los programas de FULL-ACCESS PASS, deberían ir a verlo, hay testimonios de competidores de clase mundial. No recuerdo exactamente cuál es, pero véanlos todos, los conductores son guapos (Inserción pagada):
http://mastaekwondo.com/category/mastaekwondo-tv/full-access-pass/
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