Es muy común escuchar a taekwondoínes de todas las edades y círculos sociales que no sólo le han dedicado tiempo de su vida al TKD, sino que han entrenado y competido en muchos deportes, deportes extraños, variados, diversos y que su parecido, compatibilidad y vínculo con el "Karate Coreano" son exactamente los mismos que el de una liebre con una banana.
Yo mismo fui uno de esos niños a los que su mamá nunca quería ver en casa durante las vacaciones y me llevaba a inscribir en todo curso de verano que le fueran a ofrecer. En los cursos tomé más clases de deportes que un decatleta profesional, todos menos Taekwondo. Ninguno me gustaba realmente, yo sólo iba a los cursos de verano por las chicas (¡JA! Vivillo desde chiquillo).
De pequeño me llevaban a clases de natación, lo cual agradezco cada que hay una alberca en el vecindario, o bien, el océano cerca, pero maldigo esos cursos cada que me subo a un avión y en los asientos voy más apretado que Donkey Kong en Mario Kart 64.
También practiqué tenis mucho tiempo, pero era más malo que una vaca haciendo salto de longitud. En la prepa formé parte del equipo de basquetbol, lo cual me permitió acreditar la clase de educación física durante tres años consecutivos... Ah, y me gustaba "Space Jam".
En mi infancia me encantaba el fútbol, pero me decepcioné cuando me metieron a clases y me di cuenta de que Oliver Atom, Benji Price, Richar Textex, Steve Hyuja y el resto de los Súper Campeones no eran más que una utopía de la pantalla chica, quizá pueda contar esa como la mayor decepción de mi infancia después de los Reyes Magos. Por cierto, existe una estadística bastante peculiar sobre los atletas que sufren lesiones jugando fútbol... Atletas de otras disciplinas, claro, pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
Una vez conocí a una chica que era seleccionada estatal al mismo tiempo en Judo y en Taekwondo, fuerte la niña, también tuve una compañera que jugaba en una liga de fútbol y al mismo tiempo era Seleccionada Nacional en TKD. Y he conocido a mucha gente, ahora no puedo recordar a ningún otro (Malditas lagunas mentales), pero ya lo haré después.
Muchos años de mi vida combiné el TKD con diversas actividades físico-recreativas. Incluso hubo una época en la que corría muchísimo (Pajas). Debo decir que nunca ninguna actividad de éstas me llenó por completo (Estrictamente sin albur), siempre he sido un tipo de patadas más arriba de la cintura. Nunca ninguna sensación se ha comparado a entrar a un área con el peto puesto y viendo a tu rival frente a frente, al menos para mí.
¿Tú con qué combinas o has compaginado tu entrenamiento de TKD?
EN EL CAMINO
Hace unos días recibí un comentario de un chico llamado Daniel Espinosa en el semanario anterior: dice ser la persona a la que hago referencia en el texto citado. No tengo manera de corroborar la veracidad del dicho, sin embargo, tampoco tengo ningún motivo para dudar del mismo. Enhorabuena, Daniel, en verdad es impresionante lo que hacen. Que vengan más triunfos, sigue adelante y muchas gracias por leer.
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