Es lógico que en un año olímpico el reto más importante para la mayoría de los países sea concentrarse en el evento de los aros y no es un reto menor, especialmente en países como el nuestro en donde ese evento ha sido justo la carta de presentación no sólo del taekwondo, sino muchas veces del deporte mexicano en su totalidad. Ese evento es sin duda el que encabeza la lista de retos para este año que comienza, pero no es el único y creo que la lista es bastante más larga de lo que pudiera parecer.
Claro, el reto principal sería volver a colocar a un mexicano en el podium olímpico y entre más mexicanos haya en ese evento, mayores posibilidades hay de que se logre, así que otro desafío importante va ser obtener las dos plazas pendientes que se disputarán en el clasificatorio continental en abril allá en República Dominicana.
También en el camino a París dentro de este mismo semestre nos vamos a topar con el Campeonato Panamericano de la especialidad en Brasil, el torneo donde la última vez tuvimos la oportunidad de ser penta-campeones, pero en vez de eso México descendió al deshonroso tercer lugar, así que sería una buena oportunidad para reivindicar al equipo dentro de la región, o al menos de colocar a nuevos talentos para que vayan empezando a caminar el camino del héroe rumbo a 2028, pero no sólo nuevos talentos, sino además deberían estar también quienes pelearán en los juegos de julio, pues este evento dará 40 nada despreciables puntos que podrían ser la diferencia dentro de la gráfica olímpica.
Y hablando de puntos para la gráfica olímpica, otro evento que debería ser de interés en ese camino es la Copa Presidente que se realizará en marzo en Costa Rica, al igual que el abierto de Dominicana que se realizará nomás terminando el clasificatorio.
Hay un par de abiertos más que se estarán realizando antes de París y que quizá valdría la pena echarles un ojo nomás para completar los 40 puntos de G1 y G2 antes de julio: Ecuador, Brasil y Argentina, yo no descartaría la participación de México en por lo menos uno de ellos.
Eso es para los adultos, porque ya después de julio todo termina, pero a la vez todo empieza nuevamente con un nuevo ciclo olímpico, esperemos que ahora sí en tiempo regular. Hay un Grand Prix Final anunciado en el calendario de WT para diciembre, pero sin fecha ni sede definida y sin otros Grand Prix previos definidos en el año, entonces probablemente no se haga, o tal vez sí, hay que esperar. Lo que sí es que los seis meses posteriores a JJOO son más o menos un limbo que los países aprovechan para reorganizarse y plantear la estrategia de los siguientes cuatro años.
Tenemos el mundial juvenil en octubre y también los Diamond Games un mes antes, ambos eventos en Corea: Muju y Chuncheon respectivamente, además del mundial de poomsae en Hong Kong a finales de noviembre.
Como lo ven va ser un año bastante ocupado en todos los frentes, por supuesto creo que se debe priorizar la reivindicación del taekwondo mexicano en Juegos Olímpicos, pero también es importante no perder de vista el resto de eventos porque suponen un inicio de ciclo y generacional muy importante rumbo a 2028, evidentemente hay que poner atención en el poomsae porque quizá será la siguiente gran inclusión dentro del evento de los aros para el siguiente ciclo.
Y por último, pero no menos importante, serán las elecciones mexicanas en donde se definirá si habrá un cambio de administración o seguiremos con cuatro años más de ocurrencias, bloqueos y cinismo…
@FaunoBastard
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